Ciudad de México, 19 de agosto de 2024 – En un contexto económico global marcado por la incertidumbre, la Ciudad de México se erige como un bastión de confianza para los inversionistas extranjeros. Según datos revelados por la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO), la capital mexicana ha logrado captar el 46% de la Inversión Extranjera Directa (IED) total del país durante el segundo trimestre de 2024, consolidando su posición como el principal imán de capital foráneo en México.
Con una impresionante cifra de 14,186 millones de dólares (mdd) en IED, la Ciudad de México no solo lidera el ranking nacional, sino que también marca un hito histórico en su trayectoria económica. Este logro cobra aún mayor relevancia al compararlo con otras entidades federativas: Nuevo León, en segundo lugar, apenas alcanza el 7% con 2,304 mdd, seguido por Baja California con el 6% (1,809 mdd).
Fadlala Akabani Hneide, titular de SEDECO, resaltó el crecimiento sostenido de la inversión, señalando un incremento de 2,143 mdd respecto al trimestre anterior. «Este desempeño excepcional refleja la robustez de la economía capitalina y su atractivo como destino de inversión global», afirmó Akabani.
El origen de estas inversiones subraya la diversificación de las relaciones económicas de la ciudad. Estados Unidos se mantiene como el principal inversor, seguido por Canadá, España, Alemania y Japón. Esta variedad geográfica en el origen de los capitales podría interpretarse como un voto de confianza internacional hacia la estabilidad económica y política de la capital.
Los sectores que más se han beneficiado de este flujo de capital son la industria manufacturera, los servicios financieros y los medios masivos. Este patrón sugiere una transición gradual hacia una economía más diversificada y tecnológicamente avanzada en la ciudad.
Sin embargo, es crucial analizar estos datos en un contexto más amplio. La concentración de casi la mitad de la IED nacional en la Ciudad de México podría exacerbar las ya existentes desigualdades regionales en el país. Mientras la capital prospera, otras regiones podrían quedarse rezagadas en términos de desarrollo económico y oportunidades de empleo.
Además, el fenómeno del «nearshoring» mencionado por Akabani como factor contribuyente a este éxito, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de este modelo de crecimiento. ¿Está la Ciudad de México preparada para manejar un posible aumento en la demanda de infraestructura y servicios que acompañaría a esta relocalización masiva de empresas?
Por otro lado, la administración saliente se jacta de cerrar su ciclo con una cifra acumulada de 69,824 mdd en IED. Si bien esto es indudablemente un logro significativo, también plantea el desafío para la próxima administración de mantener este ritmo de crecimiento en un panorama económico global cada vez más volátil.
En conclusión, mientras la Ciudad de México celebra su posición como líder indiscutible en la atracción de inversión extranjera, los desafíos que acompañan a este éxito no deben ser subestimados. El equilibrio entre el crecimiento económico y el desarrollo sostenible, la distribución equitativa de los beneficios de la inversión entre todos los sectores de la sociedad, y la necesidad de una planificación a largo plazo que vaya más allá de los ciclos políticos, serán cruciales para convertir este momento de auge en un progreso duradero para todos los habitantes de la capital mexicana.