Dos xolos de cerámica se exhiben en el Museo de las Culturas.

Dos pequeños xolos de cerámica llegan al Museo de las Culturas de Oaxaca para unirse a exposición temporal.

Dos pequeños xolos de cerámica, elaborados en época prehispánica, llegaron al Museo de las Culturas de Oaxaca. Con el objetico de incorporarse a la exposición xolos, compañeros de viaje.

Se trata de dos esculturas zoomorfas que pertenecen a las colecciones arqueológicas del Centro Cultural Universitario (CCU) Tlatelolco, de la UNAM.

De acuerdo con la historiadora de arte de la UNAM, y cocuradora de la instalación, María Olvido Moreno Guzmán, una característica de este par de piezas de pequeños xoloitzcuintles son sus rasgos naturalistas, pues por su esbeltez, tamaño y las finas facciones de sus cráneos pareciera que están vivos.

Foto: INAH.

No se puede calcular su antiguedad.

Cabe subrayar que, dado que ambas esculturas proceden de contextos arqueológicos no controlados, su antigüedad no puede precisarse con exactitud.

En el caso de estos dos perros de cerámica, sus cualidades formales, unidas a su tamaño, similar al de un cachorro, propician una cierta cercanía con los observadores. Incluso, despiertan el deseo de ser cargados o acariciados, en un vínculo con lo humano que no podía faltar en la exposición. Afirmó.

En ambas representaciones cerámicas, abunda la especialista, pueden identificarse dos razas diferentes: Una, el xoloitzcuintle, con patas largas y en ocasiones con líneas o surcos en la piel; y otra, el tlalchichi, reconocida por los cuerpos regordetes y las patas cortas.

A pesar de que el tlachichi es una raza extinta, sigue siendo popular y tiene una presencia recurrente en las colecciones de arte prehispánico de nuestro país. Destacó.

Las evidencias arqueológicas y las fuentes documentales son testimonio de que, tal como ahora, en tiempos precortesianos los perros eran vistos como leales acompañantes del ser humano.

Se les consideraba custodios y transmisores de fuerza y valor. Fieles amigos cotidianos y compañeros que, en incontables ocasiones, son respaldo y consuelo con sus amistosas presencias.

Foto: INAH.

CON LA INFORMACIÓN DE INAH.

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