HIJO DE LA TIZNADA

Hijo de la tiznada.

Foto: LYPmultimedios

Hijo de la tiznada

Hijo de la tiznada. Despertó muy temprano como todos los días que tenía que ir y cumplir con sus obligaciones «godinezcas» en aquella oficina. Gubernamental en la que ejercía sus labores de auxiliar contable dentro del área de compras. Desde que terminó su carrera técnica en el Conalep se había incorporado al trabajo en el Gobierno.

Una docena de febreros metido en esa dependencia, sumido en la rutina burocrática de siempre, quedando bien con el «jefe» en turno. Cooperar con algunos movimientos contables para de alguna manera «ajustar» las cuentas y que todo pareciera en orden, sin faltas de recursos. Que diera la apariencia que al menos en ese departamento «nada» se perdía, que nadie se robaba nada, que todas las cuentas estaban al corriente, que los gobernantes en curso no se robaban ni un clip.

Por dentro su conciencia no estaba en paz ni con él ni con Dios, sabía que era parte del aparato corrupto del. Gobierno y eso no le permitía dormir en paz.

Vivía todavía con Doña Mary, su señora madre. Mujer de ideas y creencias católicas aferrada a las costumbres y tradiciones de su iglesia. Devota del Niño de Atocha y la Virgen de Guadalupe a los cuales encomendaba todos los días a su muchacho para que le fuera bien en el trabajo. Que ayudara a mucha gente y sobretodo que encontrara una buena mujer para que se casara y lo cuidara cuando ella se fuera a rendirle cuentas a Dios.

Por eso esa mañana, como todas desde que nació Rafa, lo persigno 3 veces, lo encomendó a sus santos y después de rezar juntos un. Padre Nuestro y un Ave María encaminó al muchacho hasta la puerta no sin antes recordarle que era miércoles de ceniza y que no olvidara cumplir con su labor de buen cristiano.

Las Mañanitas

Apenas había puesto un pie dentro de la oficina cuando empezó el estruendo de. Aplausos, vivas, porras y sin faltar las clásicas «Mañanitas»; el festejado era él. Hasta ese momento llegó a su mente el recuerdo de que ese día cumplía 12 años de laborar ahí. Nunca se esperó una celebración por un acontecimiento que ni él recordaba, pero ahí estaban todos los compañeros festejándolo. Pedro Herrera, Ana Camacho, el contador Martínez, Doña Eva y en especial. Rita Gutiérrez, su amor platónico de la oficina, aquella que lo hacía suspirar todos los días y que él soñaba con que fueran algo más que solo compañeros de trabajo.

El encendido y posterior apagado de la velita del pastel no se hizo esperar, y mientras todos saboreaban aquel pastel de. 3 leches comprado en el Soriana, acordaron continuar la fiesta a la hora de la salida. No todos los días se cumplen 12 años de trabajar y eso hay que celebrarlo como se debe, fueron las palabras de. Rita cuando le dio el abrazo y beso en la mejilla al festejado antes de que todos se retiraran a su escritorio a comenzar su rutinaria tarea laboral.

Ese beso perturbó la paz emocional de Rafael, al grado que en la hora de la comida ni siquiera probó los nopales con tortas de camarón que. Doña Mary le había puesto en su toupper ya no tuvo cabeza para otra cosa que no fuera Rita, se imaginaba que juntos iban de paseo a. Cadereyta los domingos, que compraban campechanas para su mamá y que recorrían juntos el. Coppel y Elektra buscando los muebles para cuando se casaran, que todos los de la oficina los acompañaban el día de su boda y en la fiesta disfrutaban de unas ricas carnitas y chicharrón con mucho pico de gallo. Todo el resto de la tarde transcurrió con esas ideas amorosas revoloteando en su mente y por fin llegó la tan esperada hora de la salida.

Agua Fiestas

El acuerdo era el de ir al «Emiliano’s» a tomarse unos tragos por el festejo, no quiso verse como aguafiestas y a. Nadie comentó que no tomaba ni gota de alcohol, así que cuando llegaron pidió un “Tehuacán” con limón argumentando la pesadez de la comida. Localizó con la mirada a Rita que platicaba animadamente con un desconocido, cuando Rafael se acercó a ellos. Rita se lo presentó como su prometido y hasta lo comprometieron a que fuera su padrino de refrescos en su boda. El nervioso y cabizbajo aceptó y pidió disculpas para retirarse del lugar argumentando un problema de salud de su anciana madre. Agradeciendo a todos por el detalle salió del lugar y se encaminó con rumbo a su casa. No pudo en el camino dejar de derramar algunas lágrimas por su corazón que se había roto aquella noche.

Al llegar a la vivienda se dirigió rumbo a su cuarto, en la sala su madre veía la televisión lejos de imaginarse lo que le ocurría. Con voz fuerte preguntó al muchacho sino había olvidado ir a tomar ceniza, hasta ese momento. Rafa recordaría que era miércoles de ceniza y que no había asistido a misa para la imposición de la misma. Salió del cuarto rumbo a la cocina y tomando con los dedos hollín de la estufa procedió a trazarse en la frente el símbolo de la cruz. Entró a la sala y se sentó junto a su madre que le preguntó cuál sería su ayuno esta cuaresma. Él le comentó que ayunaría del amor de las mujeres, mientras veía que el dibujo de la Cruz de ceniza en la frente de su madre era igual al suyo.

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