Rocío Durcal vs Jaime López.

Rocío Durcal vs Jaime López.

Rocío Durcal vs Jaime López… Mañana por fin es sábado, día de salir muy temprano a caminar, y aunque lo de andar es una actividad diaria, las caminatas sabatinas y las de los domingos son por gusto y como desestresante de las rutinas de la semana.

Regresar del peregrinar matutino, desayunar y empezar con la jornada sabatina la cual consiste en dar orden y limpieza a la casa, bueno sólo por donde pasa “Mi Suegra”, lavar y planchar la ropa, sacudir sin destruir las telarañas, que son una obra de arte arácnido y además le dan al lugar un aspecto más de acuerdo con la vivienda de un soltero.

Desde muy temprano empieza la «guerra no declarada» entre mis vecinos y yo, una lucha encarnizada por ver quién puede más. Los primeros días pensé que cambiaría pero no, me he equivocado y la batalla continua y continuará hasta que alguno de los bandos se dé por vencido y reconozca, o se una, a los gustos del prójimo.

Les hablo de una lucha, de una batalla musical que se libra todos los fines de semana entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde, horario en que todos nos dedicamos a las labores caseras como el lavar ropa, cortar hierba, lavar los autos, gritarle a los niños o «chismear» con la vecina.

Mi primer sábado en esta casa, ya hace algunos ayeres, me levanté y fui a caminar. Al regresar, y después del desayuno, me dispuse a llevar a cabo mis tareas hogareñas. Seleccioné mi repertorio musical que me acompañaría en mi proeza, a un volumen considerado y sólo para mis oídos. Para escuchar elegí a Arturo Meza, Jaime López, Maldita Vecindad, Paté de Fúa y otros más de mis gustos y regustos sonoros.

¡Gracias Joaquin Sabina!

Más tardé yo en acabar de escuchar la primera canción cuando un estruendo irrumpió en toda la calle. Un «espantoso ruido» que decía al parecer decía «Te ando engañando con otra, ya estoy aquí en el hotel ya le quite el pantalón y los calzones también…»¡What?!, sí esa fue la cara que puse.

A todo volumen mi vecino escuchaba sus canciones mientras lavaba su camioneta, eso no fue lo peor de todo, el colmo de males fue que dicha y melodiosa armonía fue repetida una y otra vez hasta que el vehículo quedo rechinado de limpio. ¡Uff! di las Gracias a San Joaquín Sabina y me dispuse a continuar en mis quehaceres, más equivocado no podía haber estado, ahora sería el turno de la señora, que mientras lavaba y tendía su ropa nos recetó su repertorio de canciones desgarradoras y de desamor.

Paquita la del Barrio, Rocío Dúrcal, Amanda Miguel, Pandora, Yuridia y otras féminas se fueron introduciendo en mis oídos que para ese entonces sólo repetían en su interior frases como «él me mintió, él me dijo que me amaba y no era verdad», «rata de dos patas, te estoy hablando a ti», pero lo peor fue cuando llegó el turno de escuchar infinidad de veces la de Amor eterno, «como quisiera, que tú vivieras, que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca.»

No por favor, ¡No! Eso sí que ya no lo pude soportar y empecé a bombardearlos con mi mejor General, el Maestro Jaime López, «A la orilla de la carretera», «Chilanga banda», «¡Ay Inés!» y otras más fueron mis cartuchos en esta guerra. Fui contraatacado con la artillería pesada, El Recodo, José José y otros enemigos desconocidos.

La Arrolladora!!

Pero la bomba atómica vendría con un nombre, «La arrolladora Banda el Limón», eso sí fue un golpe duro de soportar. Reinicié el combate, Arturo Meza, el elegido, «El Huracán», «Don Guiñapo», mi carta bajo la manga, «Lenguas viperinas». Debo reconocer al enemigo, que jamás bajó los brazos, por mi parte menos.

En punto de las 4 de la tarde inició la tregua de esta guerra que continuaría así durante el domingo y en lo sucesivo todos y cada uno de los fines de semana que he pasado en esta casa.

Mañana es sábado, tengo mucha ropa por lavar, un regadero que recoger, la plancha me espera, pero lo que provoca en mí más adrenalina es volver a la guerra musical con los vecinos. Tengo nuevos cartuchos, Blues, Jazz, Rock en Español y otros secretos guardados.

Mi arma más poderosa es ese potente teatro en casa que me saqué en la última rifa navideña del trabajo, esa arma sí que ha resultado buena en esta colérica y sonora batalla… «Pelearán de 10 a 12 canciones sin límite de volumen, Rocío Dúrcal vs Jaime López».

San Lunes… Con Víctor Hernández.
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