La secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra, celebró, en nombre del Gobierno de México, un acuerdo con el Gobierno de la Confederación Suiza que establece que este país protegerá, representará y ejercerá los intereses y funciones diplomáticas y consulares de México en Ecuador tras el rompimiento de relaciones diplomáticas con ese país.

El convenio —fundamentado en la figura correspondiente prevista en las convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y sobre Relaciones Consulares— tiene como objetivo salvaguardar los intereses de México en Ecuador. Es importante recalcar que el acuerdo firmado no busca una solicitud de mediación sobre los diferendos que México mantiene con Ecuador por el asalto ilegal a la embajada en Quito, las agresiones de fuerzas ecuatorianas a personal diplomático mexicano y la sustracción ilegal del señor Jorge David Glas Espinel, asilado político de México.

En relación con el asilo del señor Glas, la Secretaría de Relaciones Exteriores reafirma que durante todo el tiempo que permaneció en la Embajada de México en Ecuador, el Gobierno de México sostuvo y reiteró su disposición al diálogo franco y transparente con el Gobierno de Ecuador por medio de diversos canales. En su momento, inclusive, se envió una misión de alto nivel a Quito para explorar una solución negociada. Lamentablemente, el Gobierno de Ecuador cerró este diálogo al optar por la vía de la ilegalidad y la violencia la noche del 5 de abril de 2024 al irrumpir en la Embajada de México en Quito.

Como lo expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador, México no contempla restablecer relaciones si Ecuador no ofrece una disculpa pública e incondicional al más alto nivel. Ecuador debe comprometerse de la misma manera a la no repetición de estos actos y a respetar el derecho de asilo conforme lo establece el derecho internacional.

El Gobierno de México continuará con el procedimiento iniciado ante la Corte Internacional de Justicia con el objetivo de evitar que los actos ilegales de Ecuador queden impunes y sienten un precedente negativo. En ese sentido, es de resaltar la reciente reiteración por parte de la Corte respecto a que “no hay prerrequisito más fundamental para el desarrollo de las relaciones entre los Estados que la inviolabilidad de los enviados diplomáticos y las embajadas”.

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