Nuestro (nuevo) Santo Patrono.
Nuestro (nuevo) Santo Patrono.
Si de algo debo sentirme orgulloso en esta vida es de haber contribuido con la reactivación económica de este pueblo después de aquella pandemia de Coronavirus que casi acabó con la economía de todos nosotros. Fueron tiempos difíciles para todos, las fábricas despidieron a más de la mitad de sus trabajadores, la situación fue catastrófica para muchos negocios que tuvieron que cerrar pues el dinero, y por lo tanto el movimiento económico del mismo, brillaba por su ausencia. Incluso cuando por fin se dio el aviso del fin de la contingencia sanitaria nada más no había manera de volver a echar a andar la economía, la industria cerrada, el comercio en sequía,incluso las plazas comerciales otrora movilizadoras de la derrama monetaria estabas vacías, la gente sólo gastaba en lo necesario, adiós a los cines, adiós a los paseos de fin de semana en la plaza principal del pueblo, adiós al turismo; bueno la verdad este pueblo nunca tuvo fama de ser un atractivo turístico, más bien era una ciudad de paso para los viajeros que visitaban los pueblos cercanos, como Bernal y Tequisquiapan. Pero ahora gracias a un servidor, perdón por pecar de modesto, la principal fuente de ingresos de este pueblo es precisamente el turismo, pero no ese de ir y ver peñas o comprar canastitas de mimbre, no, el nuestro es un turismo con un enfoque Religioso-Futbolero, yo sé que puede sonarles extraño pero permítanme relatarles la historia.
Todo comenzó cuando las autoridades dieron el consentimiento de reiniciar las actividades en todos los rubros, habíamos derrotado a la pandemia, al fin podríamos hacer otra vez nuestra “vida normal”, lo que nadie considero es que éste capítulo de nuestra vida había dejado muchas secuelas y entre ellas era la falta de flujo de efectivo. Yo fui de los que perdieron el empleo durante el confinamiento sanitario, así que lo primero que hice fue salir y buscar una nueva fuente de ingresos, así que con mi curriculum bajo el brazo me dirigí a encontrar como ganarme la chuleta.
La competencia por los empleos estaba de miedo, había gente mejor preparada en mi área. Y dispuesta a trabajar por la mitad de sueldo que yo pretendía, así que no me quedó de otra que intentar buscarle por otro lado. Encaminé mi andar hacia el centro de la ciudad y al pasar por el edificio del Portal del Diezmo llamó mi atención un pasquín donde se solicitaba. “Promotor turístico”, no lo pensé dos veces y pasé, ahí se me interrogó sobre mis conocimientos histórico-sociales del pueblo, yo oriundo de la comunidad. Apasionado de la historia de México, del Estado y de la Ciudad; y “aplanacalles” como segunda profesión, los convencí y me quedé con el empleo.
El siguiente sábado en punto de las 2 de la tarde comenzaría mi primer travesía como promotor del turismo en la ciudad. El plan era llevar a nuestros visitantes a bordo del tranvía y darles un recorrido por los lugares turísticos de la ciudad, darles una breve semblanza y contestar las dudas que fueran surgiendo. Y así empecé mi primer paseo con apenas 6 despistados turistas cuyo destino final era visitar La Peña de Bernal. Pero se le hizo fácil detenerse a descansar un rato en el pueblo para después continuar su viaje. Entre el grupo de caballeros me pareció reconocer una cara, sabía que la había visto en otra parte, de momento no recordaba dónde.
Iniciamos así nuestro recorrido, ellos con la expectativa de encontrar algo interesante. Yo lleno de nervios pero con el ánimo en alto y la encomienda de no decepcionar a nuestros visitantes. Tomamos primero por 16 de Septiembre, les fui relatando la majestuosidad de las casonas que alberga la calle. La casa de los Ruiz-Olloqui, de la Familia Salas, la de los Cabrera, “La Guadalupana”, les hablé sobre el viejo, aunque ya desaparecido. Cinelandia y las visitas de personajes tan ilustres como Juárez. Maximiliano y Carlota. Llegamos a la Avenida Juárez y ahí me desparrame hablándoles del Camino Real de Tierra Adentro¸ de como por aquí pasaron lo mismos independencistas, que revolucionarios. Como este camino era el que conectaba todo el movimiento económico, político y social del país. Que tal vez no sea tan cierto eso de que “Todos los caminos lleven a Roma”, pero algo innegable es que “Todos los caminos pasan por San Juan”.
Cuando.
Cuando llegamos a la zona de los puentes alguien preguntó del porqué de las 3 construcciones. Raudo y veloz les hable del puente de en medio, del Puente de La Historia, otrora símbolo de la ciudad, de cómo sirvió para enlazar al Centro con el Norte del país, de su importancia en todos los movimientos sociales en el México antiguo, desde la Independencia, pasando por. La Reforma y hasta La Revolución, les hablé de su constructor Pedro de Arrieta y de las leyendas que giraban en torno a su construcción. De los otros dos, el Puente del “Capricho” y el de la carretera, no hubo mucho que decirles, les dije, por salir del apuro, que simbolizaban el “como no hacer las cosas”.
Al llegar al Templo de Jesusito de la Portería por fin pude identificar quien era el famoso viajero que nos acompañaba en el recorrido, y mira que me llené de emoción y regocijo pues se trataba de un importante cronista futbolero, titular de la sección deportiva del noticiero nocturno y también excelente narrador de los encuentros de futbol tanto los de liga como los de la Selección Nacional. Yo había planeado contarles la historia de cómo en 1731 un preso de nombre Evaristo Olvera, acusado de asesinar a su mujer y oriundo de la Ciudad de Celaya, se encontraba recluido en el Convento que hacía las veces también de cárcel-hospital, que dicho preso había trazado con un carbón la imagen de Jesús Nazareno en la Portería del Convento, que al ser descubierto se le mandó borrar la imagen, pero que a pesar de ser borrada volvía a aparecer, que la imagen fue borrada una y otra vez pero que reaparecía cada vez más majestuosa, que los clérigos no tuvieron de otra que aceptar que estaban ante un milagro, que se mandó levantar una capilla y después un Templo y que desde ese día la imagen es venerada por la gente del pueblo.
Yo lleno de emoción y con el fin de deleitar el oído de nuestro distinguido visitante relaté lo siguiente: “Cuenta la historia, que en aquel entonces en estas tierras al poniente del pueblo se localizaban unos llanos terrosos que fungían como espacios deportivos entre los cuales resaltaba una cancha para la práctica del balompié por parte de los oriundos de la zona, se dice que una mañana calurosa del 19 de marzo de 1731, se llevaría a cabo la final del torneo entre los equipos “Iztacchichi Mecapam”, chichimecas blancos de la región y los guerreros de “San Isidro”. Que el partido se distinguió por la garra y empeño de cada uno de los participantes, que el Iztacchichi se puso adelante con un gol de antología por parte de su delantero estrella Juan Mexici, parecería que el triunfo estaba en la bolsa para los Chichimecas blancos, pero en pleno tiempo de compensación y tras una desafortunada jugada llegaría el empate.
La prolongación de los tiempos extras no dio nada para nadie así. Que todo se definiría en tanda de penales. Se dice que entre que se ponían de acuerdo para definir lalista de los tiradores, el portero de los Chichimecas. Un tal Evaristo Olvera guardameta de origen Celayense tomó un pedazo de carbón y trazó la imagen de Jesús Nazareno en una vieja pared ubicada precisamente detrás de la portería destinada para la ejecución de los penales, era tanta la fe del portero celayense que prometió dejar de tomar pulque e ir todos los domingos a misa sí el Nazareno lo beneficiaba con el triunfo de su equipo. Dicen las crónicas que no hubo poder humano que le anotará un tiro penal a Evaristo. Que parecía cosa de milagro pues todos los tiradores Sanisidrenses llegaron con el tino chueco, que el que más se aproximó mandó su disparó y que. A pesar de haber vencido al guardameta, la pelota salió de jiribilla chocando en banda con los dos postes para luego pegar en el travesaño y salir por encima del arco. Se dice que. Evaristo jamás volvió a probar pulque ni en las fiestas, que se dedicó a trabajar y juntar dinero para mandar construir una capilla para aquella imagen que por cierto nadie pudo borrar, que los clérigos no tuvieron de otra que aceptar que estaban ante un milagro, se mandó levantar una capilla y después un Templo y desde ese día la imagen es venerada por la gente del pueblo, pero en especial por todos los que practican el deporte de las patadas, que en especial es visitado por los porteros que en vísperas de un partido importante vienen, se encomiendan y piden un milagro a Jesusito de la Portería”. Dejando un tanto incrédulos a los visitantes, continuamos nuestro recorrido por otros lugares de interés turístico del pueblo como La Casa de Las Poquianchis, El Museo de la Muerte y otros. Al finalizar el recorrido fui objeto de agradecimiento y de una buena propina. Ya me esperaban los turistas del siguiente viaje. Y amablemente me despedí de aquel distinguido visitante convidándolo a volver a visitarnos muy pronto.
Sorpresa.
Mi sorpresa llegaría el siguiente lunes mientras veía el noticiero nocturno por la televisión, cuando llegó la sección deportiva a cargo de nuestro reconocido visitante. Éste comenzó hablando de que en un poblado del Estado de Querétaro. San Juan del Río, para ser más exactos se veneraba a un Santo que hacía milagros a los futbolistas yen especial a los porteros. Y así palabras más palabras menos, relató aquella historia que yo les había contado durante el recorrido turístico el sábado anterior. La noticia nos cayó como bomba, pero no de las que traen desgracias, sino todo lo contrario. A partir de que se dio a conocer la noticia del milagro de Jesusito de la Portería, mi versión claro. El turismo empezó a llenar nuestras plazas, jardines, y negocios. Todos quieren conocer a tan milagroso Santo futbolero, pedir un favor, un milagro. Ya los turistas se olvidaron de Tequisquiapan y La Peña de Bernal, lo de hoy es conocer al Santo Futbolero de la ciudad. La economía se ha reactivado, los empleos en torno al milagroso Santo han venido a ocupar a los que perdimos con el cierra de las industrias. Los pequeños negocios han vuelto a ponerse de pie, en ellos se venden milagritos, veladoras, flores, fotos, dibujos, todo en torno a la imagen de Jesusito de la Portería. Ya se vende pan y mole alusivos al Santo, incluso ya alguien tuvo la idea de una michelada llamada “La Portería de Jesusito”.
No hay día que el Templo no se encuentre lleno, hay milagros colgados por doquier, fotos de futbolistas y en especial porteros famosos que han venido a pedirle un milagro a nuestro santito. Memo Ochoa, Chuy Corona, La Tota Carbajal, René Higuita, Pato Fillol, porteros y ex porteros de diferentes equipos nacionales y extranjeros tienen plasmada la foto de su visita a nuestro Santo, hasta Iker Casillas aparece en más de una.
Nuestro pueblo fue llamado San Juan del Río, por la alusión a nuestro Patrono, San Juan Bautista y al caudaloso río que corría en su ribera. Hoy nuestro río está casi desaparecido y por el ya sólo fluyen las aguas contaminadas que desechan las industrias. Creo llegó la hora de cambiar de nombre a la ciudad o al menos adoptar a un Santo Patrono nuevo.
VÍCTOR HERNÁNDEZ.
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