Durante el proceso electoral de México en 2024, el país ha sido testigo de una trágica serie de asesinatos de candidatos políticos, marcando este periodo como uno de los más violentos en la historia electoral reciente del país. La violencia política ha cobrado la vida de varios candidatos a distintos puestos de elección popular, evidenciando la intensa intersección entre el crimen organizado y la política.
Hasta la fecha, se han reportado múltiples casos de asesinatos de candidatos. Entre los lamentables incidentes se encuentran los asesinatos de:
– Marcelino Ruiz Esteban, aspirante a la alcaldía de Atlixtac, Guerrero, y su esposa Guadalupe Guzmán Cano, asesinados el 24 de enero.
– José Alejandro Naredo García, líder municipal del PRD en Cuitláhuac, Veracruz, asesinado el 27 de enero.
– Jaime Vera Alanís, precandidato a la alcaldía de Mascota, Jalisco, asesinado el 1 de febrero.
– Juan Pérez Guardado, Secretario de Desarrollo Social en Fresnillo, Zacatecas, asesinado el 7 de febrero.
– Yair Martín Romero Segura, precandidato a diputado federal por MORENA, asesinado el 10 de febrero.
– Miguel Ángel Zavala Reyes y Armando Pérez Luna, precandidatos a la alcaldía de Maravatío, Michoacán, asesinados el 26 de febrero.
– Alfredo González Díaz, candidato a la alcaldía de Atoyac de Álvarez, Guerrero, asesinado el 3 de marzo.
– Tomás Morales Patrón, candidato a la alcaldía de Chilapa de Álvarez, Guerrero, asesinado el 12 de marzo.
– Diego Pérez Méndez, precandidato a la alcaldía de San Juan Cancuc, Chiapas, asesinado el 14 de marzo.
– Humberto Amezcua, alcalde de Pihuamo, Jalisco, asesinado el 16 de marzo.
– Joaquín Martínez López, alcalde de Chahuites, Oaxaca, asesinado el 19 de marzo.
– Jaime González Pérez, precandidato a la alcaldía de Acatzingo, Puebla, asesinado el 23 de marzo.
– Gisela Gaytan, Candidata a Presidenta Municipal de Celaya, Guanajuato, asesinada el 1 de abril.
Estos asesinatos son un reflejo de la creciente influencia del crimen organizado en la política local, particularmente en regiones donde las economías ilícitas tienen un fuerte arraigo. La violencia política, impulsada en gran medida por los carteles y grupos criminales, no solo busca manipular los resultados electorales sino también asegurar el control territorial y el acceso a recursos públicos para financiar sus actividades ilícitaS.
La violencia política en México durante el proceso electoral de 2024 subraya la profunda crisis de seguridad que enfrenta el país. Los asesinatos de candidatos políticos reflejan no solo el peligro que corren aquellos que aspiran a servir a su comunidad, sino también la urgente necesidad de abordar la influencia del crimen organizado en la vida política. Es fundamental implementar estrategias efectivas para proteger a los candidatos y asegurar la integridad del proceso electoral, promoviendo un ambiente de paz y democracia en el país.
